lunes, 30 de abril de 2012

Información: El porfiriato







1ra. Fuente de Informasion  (http://es.wikibooks.org/wiki/Historia_de_M%C3%A9xico/El_Porfiriato_%281877-1911%29)


La Paz Porfirista

Juárez ocupó la presidencia desde 1858 hasta su muerte, en 1872. El año anterior Juárez había sido reelecto, y el general Porfirio Díaz se levantó en armas para protestar, pero fue derrotado. Unos meses después, al morir Juárez, de acuerdo con las leyes asumió la presidencia Sebastián Lerdo de Tejada, que era el presidente de la Suprema Corte de Justicia. Cuatro años más tarde, en 1876, cuando Lerdo de Tejada buscó que lo reeligieran, Díaz volvió a rebelarse; esta vez tuvo éxito y tomó el poder.

Cuando se levantó en armas contra Juárez y contra Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz sostenía el principio de la "no reelección"; estaba en contra de que el presidente volviera a ser electo.

Pero después él mismo se reeligió muchas veces.
Su gobierno fue verdaderamente largo, de 1876 a 1911, con dos interrupciones: una de dos meses, entre 1876 y 1877, en que dejó el poder a Juan N. Méndez, y otra entre 1880 y 1884, cuando gobernó Manuel González.

El pueblo mexicano estaba hastiado del desorden y la guerra, y Díaz se propuso imponer la paz a cualquier costo. México no tenía dinero, ni se lo querían prestar en ningún lado, porque no había pagado sus deudas con puntualidad. Había que atraer capital extranjero, pero nadie invertiría en México si no había estabilidad y paz.

Con mano dura, Porfirio Díaz trató de eliminar las diferencias de opiniones sobre asuntos de política, y se dedicó a mejorar el funcionamiento del gobierno."Poca política y mucha administración" era el lema de ese tiempo. La paz no fue total, pero Díaz consiguió mantener el orden mediante el uso de la fuerza pública. Policías y soldados persiguieron lo mismo a los bandoleros que todo intento de oposición. Con el orden, aumentó el trabajo y se hizo posible el desarrollo económico, pues el país contaba con recursos y los empresarios podían obtener buenas ganancias.

La prosperidad porfiriana

Durante el largo tiempo en que gobernó Díaz se realizaron obras importantes en varios puertos, y se tendieron 20,000 kilómetros de vías férreas. Las líneas de ferrocarril se trazaron hacia los puertos más importantes y hacia la frontera con los Estados Unidos de América para facilitar el intercambio comercial.

También sirvieron para facilitar la circulación de productos entre distintas regiones de México, y como medio de control político y militar. El correo y los telégrafos se extendieron por buena parte del territorio nacional. Se fundaron algunos bancos, se organizaron las finanzas del gobierno, se regularizó el cobro de impuestos, y poco a poco se fueron pagando las deudas.

La agricultura progresó espectacularmente en Yucatán, en Morelos y en La Laguna, se cultivó un sólo producto: henequén, caña de azúcar y algodón.

México tuvo un crecimiento económico nunca antes visto. Pero como poca gente tenía dinero para invertir o podía conseguirlo prestado, el desarrollo favoreció a unos cuantos mexicanos y extranjeros. Con esto, la desigualdad entre los muy ricos, que eran muy pocos, y los muy pobres, que eran muchísimos, se fue haciendo cada vez más profunda la esperanza de comer cada día.

Se agudizó la tendencia a acumular terrenos en manos de unos pocos propietarios; es decir, a la formación de latifundios.

Los indígenas perdieron muchas tierras, y la mayor parte de los habitantes del campo tuvieron que ocuparse como peones en las haciendas.
Allí había trabajo, pero estaban mal pagados, tenían poca libertad y se veían obligados a gastar el poco dinero que ganaban en las tiendas de raya, que eran de los propios patrones y que vendían todo más caro.
Al endeudarse en estas tiendas, los peones tenían que seguir trabajando para el mismo patrón, aunque los tratara mal. En algunas regiones, como la península de Yucatán y Valle Nacional, Oaxaca, los peones eran, por el trato que se les daba, prácticamente esclavos.
Sociedad y cultura

Se hicieron grandes esfuerzos por extender la educación pública, lo que permitió que se educaran más niños; cada vez más gente pudo seguir estudios superiores y así se empezó a formar en todo el país una clase media de profesionales y empleados públicos. Se enriqueció la vida cultural con nuevos periódicos, revistas y libros escritos e impresos en México.

Se multiplicaron los caminos, puentes, edificios y escuelas. Los teatros presentaban compañías y actores europeos, y pronto el cinematógrafo fue conocido en todo el país.

La paz porfiriana fue provechosa para la cultura. Se avanzó en las ciencias, las artes y la técnica. Se fundaron academias, teatros, museos y asociaciones artísticas y científicas. Como en Europa y el resto de América, hubo una profunda influencia de la cultura francesa que puede apreciarse en la mayoría de los edificios y los monumentos de la época.

Un grupo de historiadores publicó México a través de los siglos; otro grupo escribió México y su evolución social. Justo Sierra inaguró la Universidad Nacional. José María Velasco plasmó en cuadros maravillosos el esplendor del paisaje mexicano; Saturnino Herrán pintó una impresionante serie de cuadros con gente del pueblo y con alegorías a la mexicanidad; José Guadalupe Posada logró vigorosos grabados con escenas de la vida diaria.

Músicos como Juventino Rosas, Ricardo Castro y Felipe Villanueva buscaron crear una música con hondas raíces populares. Hubo grandes novelistas, como Federico Gamboa; cronistas y cuentistas, como Angel del Campo, y poetas como Manuel Gutiérrez Nájera, Manuel José Othón, Salvador Díaz Mirón y Amado Nervo, que dedicaron su talento a describir y a cantar a la vida y el paisaje de México, así como a explorar la intimidad de sus sentimientos.

En los últimos años del gobierno de Díaz hubo un grupo de muchachos brillantes y estudiosos que formaron en la ciudad de México el Ateneo de la Juventud. Alfonso Reyes, José Vasconcelos y Pedro Henríquez Ureña encabezaron este movimiento renovador que buscó libertad y nuevos caminos para el pensamiento y para la creación artística. Sus trabajos juveniles fueron interrumpidos por la Revolución, y todos ellos realizaron la parte más importante de su obra una vez que término la lucha.



La Dictadura Porfirista

El Porfiriato

Porfirio Díaz casi no dejó ningún poder a los gobernadores ni a las autoridades locales. El tomaba todas las decisiones. Los diputados y los senadores aprobaban todas sus iniciativas. La opinión pública debía estarle siempre agradecida. No se permitía ninguna confrontación de ideas ni de opiniones.

El presidente se reeligió varias veces. Por largo tiempo esa fórmula funcionó porque el país anhelaba la paz y la prosperidad, y porque el gobierno de Díaz logró un impresionante impulso económico. Pero con el tiempo los defectos de la situación se fueron agudizando. A un lado de la creciente desigualdad y del clima de injusticia que se vivía, sobre todo en el campo, el problema más grave fue que no había oportunidad para que quienes deseaban participar en la política pudieran hacerlo.

Porfirio Díaz había envejecido, se acercaba a los ochenta años y era natural pensar que pronto tendría que ser reemplazado. Pero el dictador no facilitó la inevitable sucesión.

En 1908, Porfirio Díaz concedió una entrevista al periodista norteamericano James Creelman, en la cual afirmó que México ya estaba preparado para tener elecciones libres. La noticia llenó de optimismo a mucha gente, que de inmediato comenzó a organizarse para participar en las elecciones de 1910. Surgieron varios partidos políticos, y se escribieron libros y artículos que discutían la situación del país y la solución de sus problemas.
Lamentablemente, Díaz cambió de opinión y se reeligió de nuevo. Pero era ya imposible detener el deseo de cambio.




2da. Fuente de Informasion  (http://www.sedena.gob.mx/index.php/conoce-la-sedena/antecedentes-historicos/ejercito-mexicano/el-porfiriato)


Con la caída de Maximiliano, México recuperó a plenitud su soberanía. El Presidente Benito Juárez se dedicó a reorganizar la administración civil y militar, reduciendo el efectivo del Ejército.

Insatisfecho con su situación política, el General Porfirio Díaz lanzó el Plan de la Noria el 1/o. de octubre de 1871, levantándose en armas contra el gobierno Juarista, pero fracasó. Dicho Plan pugnaba por la “No Reelección”.

El 18 de julio de 1872, víctima de una angina de pecho, falleció el Licenciado Benito Juarez, figura fundamental en la historia de México, al fallecer, el Licenciado Sebastián Lerdo de Tejada asumió la presidencia por Ministerio de Ley. Su gobierno transcurrió sin mayores incidentes hasta que fue depuesto al pretender reelegirse.

El Plan de Tuxtepec, fue lanzado el 1/o. de enero de 1876, quienes nombraron a Porfirio Díaz como jefe del movimiento, que tenia como propósito evitar la reelección de Lerdo de Tejada.

El 20 de mayo de 1876 en Icamole, tropas leales infringieron una terrible derrota a los sublevados comandados por el General Porfirio Díaz, quien se vio obligado al retirarse al sur de la República. A pesar de su derrota en Icamole, el General Porfirio Díaz continuó combatiendo a los lerdistas. El 16 de noviembre de 1876 se produjo la Batalla de Tecoac, enfrentándose Díaz con el Gral. Ignacio R. Alatorre; durante el reñido combate, ambos bandos estuvieron cerca de la victoria, pero la oportuna llegada de refuerzos porfiristas, al mando del Gral. Manuel González, provocó la derrota de Alatorre.

Derrotadas en Tecoac sus mejores tropas, Sebastián Lerdo de Tejada no tuvo mas remedio que renunciar a la Presidencia, la cual fue asumida el 28 de noviembre de 1876 por el General Porfirio Díaz, quien había entrado triunfante a la Capital el 21 del mismo mes.

Al asumir la Presidencia el General Porfirio Díaz se dio a mejorar el Ejército; creo el Cuerpo Especial de Estado Mayor, que tenia como función formar la Carta General de la República, redujo las unidades y las que quedaron las profesionalizó. Creo varios planteles como la Escuela Naval militar, Escuela Militar de Aspirantes, Escuela Militar de Esgrima.

Fue durante este periodo en el Colegio Militar vivió sus años dorados al pasarse de las instalaciones del Arzobispado en Tacubaya, a Chapultepec; en que se formaron grandes militares que destacaron en campos de la ingeniería, industria, finanzas, arte, periodismo, literatura, etc… como los Generales Felipe Ángeles, Heriberto Frías, etc…

De igual manera se modernizó el armamento y la industria militar, para lo cual se compró maquinaria en Europa, se dio mantenimiento a las armas, se impulsó la invención de tecnología militar al crearse el sistema Mondragón para la artillería y los fusiles.

Asimismo, se modernizaron los buques de la marina, se hicieron maniobras con fuego real, tanto para el Ejército como para la Armada, a fin de mantenerlos operativos y con el mejor adiestramiento.

Tras treinta años en el poder, el General Porfirio Díaz, había logrado una aparente estabilidad económica y social en México. Pero esto a consecuencia de la opresión del pueblo, mismo que estaba muy descontento con el gobernante.

Cuando Porfirio Díaz vuelve a reelegirse en el año de 1910, se sabía de antemano que continuaría dando preferencia a los capitales extranjeros y a los grupos nacionales que estaban de acuerdo con sus políticas, esto fue un factor más para el descontento popular.





3ra. Fuente de Informasion    (http://mx.kalipedia.com/historia-mexico/tema/porfiriato-vida-economica.html?x=20080511klphishmx_20.Kes)


Desde la consumación de la Independencia en 1821 hasta el ascenso de don Porfirio al poder, México había vivido una situación económica a la que sólo podía calificarse como catastrófica: las incesantes guerras, las intervenciones extranjeras, la inestabilidad política y la incapacidad de pago del gobierno eran algunas de las características que definieron al país en el siglo XIX.

Sin embargo, con el señorío de don Porfirio la situación comenzó a cambiar por completo: el país, de manera forzada, entró en la senda del progreso y el orden gubernamental a tal grado que, gracias a José Yves Limantour, se logró -por primera vez en la historia del país- un superávit en el gobierno.

El milagro económico operado durante el porfiriato no puede comprenderse sin la inversión extranjera que comenzó a fluir al país gracias a la estabilidad política y las garantías que el hombre fuerte otorgaba a los capitales extranjeros. De esta manera, estadounidenses, ingleses, alemanes y franceses -por sólo mencionar a los cuatro principales grupos- invirtieron importantísimas cantidades en ferrocarriles, minería, explotación petrolera, manufacturas y explotaciones agrícolas.

El progreso de México era indudable y don Porfirio jugaba con gran cuidado con el peso de las inversiones extranjeras: impidió, hasta donde le fue posible, la supremacía estadounidense y trató de guardar un equilibrio gracias a la presencia de capitales de otras naciones.

El nuevo país -marcado por la modernidad- cambió su apariencia de manera definitiva: las grandes obras públicas, la unión de su territorio gracias al ferrocarril, el orden en la deuda pública y las finanzas, el afrancesamiento de las costumbres y la imparable llegada de novedades, convencieron a muchos mexicanos y extranjeros de que el pasado de sangre y muerte había sido abandonado de una vez y para siempre. La obra material, santo y seña del porfiriato, se convirtió en una suerte de religión a la que se sumaron los fieles del régimen.

Sin embargo, la modernización a marchas forzadas emprendida por don Porfirio, también tenía un lado oscuro: los inversionistas extranjeros fueron capaces de crear dos países en un solo territorio, los habitantes del primero -los funcionarios de las empresas, los técnicos extranjeros que llegaron con ellos y los sectores bendecidos por el hombre fuerte- vivían en una situación de privilegio, mientras que los integrantes del segundo -los trabajadores mexicanos- sobrevivían en condiciones miserables. México tenía dos rostros: uno moderno y próspero, y otro antiguo y miserable. Las joyas de la modernización no beneficiaron a la mayoría de los quince millones de mexicanos que vivían en 1910 y su hambre se transformó en alimento para el estallido revolucionario que seguiría a la gran fiesta de don Porfirio: la celebración del centenario de la Independencia.






4ta. Fuente de Informasion (http://fidelinasancheztorres.suite101.net/el-porfiriato-a30604)


Este hombre ambicioso, ya con popularidad y poder enfrentó a Juárez y a Lerdo de Tejada en las elecciones hasta que alcanzó la presidencia de la República, donde se mantuvo 30 años. Murió en el año 1915.

El Porfiriato: la dictadura

Así se le llamó al largo régimen de Porfirio Díaz; durante éste, el país gozó de un crecimiento económico en el cual se desarrolló la urbanización y la industrialización además de las clases sociales modernas, la clase media y el proletariado.
Su mandato inició con el triunfo de la rebelión de Tuxtepec, que había estallado en el año de 1876 contra la reelección del presidente Sebastián Lerdo de Tejada. Y su gobierno tuvo tres etapas.


La primera etapa de este régimen fue el período de ascenso y consolidación en el poder

Duró hasta finales de la década de 1880; en ésta Díaz conformó su propio equipo de colaboradores y cambió el proyecto nacional de desarrollo dirigiéndolo hacia el orden y el progreso, luego de que los objetivos de los gobiernos anteriores, el de Benito Juárez y el de Lerdo de Tejada, habían sido la libertad y la ley.
Se apoyó en militares de su confianza para la pacificación del país y llevó a cabo prácticas conciliatorias, incluyendo en su gobierno a políticos de diversos equipos además de demostrarle tolerancia a la Iglesia; aunque, luego reprimió a sus enemigos e impuso a gente inexperta en los mandos.
En esta primera etapa iba logrando estabilidad lo cual lo llevaba a las reelecciones y al reconocimiento del gobierno de Estados Unidos y de los principales países europeos de aquel entonces, Francia e Inglaterra.


La segunda etapa del Porfiriato se distinguió por un notable crecimiento económico

Llegó hasta los inicios del siglo XX; durante ésta se modernizó la minería y los comercios, la agricultura comenzó la exportación, se instalaron instituciones bancarias, fluyeron las inversiones de otros países y se iniciaron muchas obras de infraestructura; pero lo más importante fue el gran tendido de vías ferroviarias y también de líneas telefónicas y telegráficas, que además de modificar la geografía, integraron al país y fortalecieron el gobierno.
Entonces, México se relacionó con más naciones del mundo ganándose un buen lugar.


La tercera etapa fue el período del auge económico del gobierno

Se basó en la despolitización de los habitantes del país; en ésta Díaz no tenía opositores, no había contiendas electorales ni críticas en los periódicos. La política se volvió excluyente, sólo participaban Díaz y los miembros de su gabinete, quienes también habían sido reelectos por lo que no ingresaban nuevas generaciones.
Esta actitud provocó un descontento en la sociedad y como también el crecimiento económico no podía ser para siempre, entonces, el Porfiriato entró en crisis.
La crisis del Porfiriato llevó a la Revolución Mexicana
Durante los últimos años del régimen porfiriano hubo crisis en todos los ámbitos de la vida nacional; en el político, en el económico, en el social y en el cultural. Fueron eventos simultáneos y el gobierno inflexible de Díaz no tuvo la capacidad para enfrentarlos, provocándose un levantamiento armado como se describe en el artículo La crisis del Porfiriato, el origen de la Revolución Mexicana.
"Díaz había sido un político útil para integrar al país a finales del siglo XIX, para disciplinarlo y darle orden y estabilidad, pero el suyo no era un régimen adecuado para enfrentar los problemas que traería la modernización del siglo XX." según el Doctor en Historia Javier Garciadiego en su libro Introducción Histórica a la Revolución Mexicana.




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